jueves, 20 de agosto de 2009

¿En serio tengo un blog?

No pareciera que tengo un blog, ando publicando muy a la larga, pero bueno, ustedes saben lo que es la vida de un hombre altamente ocupado, jer jer jer.
Aunque mis ultimos post se han salido un poco de la tónica habitual, con este post regreso un poco a esa tónica, el tema es acerca de cómo elegir dojo:
Hace algún tiempo, aproximadamente un año, leí un post acerca de que para elegir dojo había que cerciorarse de si el maestro estaba avalado por una federación, que quien era su maestro, y no recuerdo que tantos menesteres más. No creo que estén tan equivocados, pero creo que también se debe de investigar al maestro con el que vamos a entrenar, que clase de persona es y qué es lo que enseña.
Cuando uno da clases, no se puede dar el lujo de dejar que sus apreciaciones personales interfieran con el desarrollo de aquellos a quienes entrenamos, es por eso que debemos de alejarnos casi de inmediato, y como decían aquellos comerciales de hace tantos años, contarle a quien más confianza le tengamos, de maestros que de alguna manera propaguen el odio hacia otras personas, ya sea en específico hacia alguna escuela o a los competidores que lleguen a presentarse frente a los alumnos. Debemos alejarnos también de todos esos maestros que nos prometan convertirnos en campeones de la noche a la mañana, o aquellos que siempre nos digan que somos los mejores del mundo y no nos hagan aterrizar cuando algo hacemos mal.
Tampoco son convenientes los maestros que se pasan el entrenamiento sin prestarle atención a los alumnos, aquellos que no corrigen a conciencia, ni los que únicamente sueltan alabanzas al alumno, aunque del lado contrario, un maestro que solo demerite el esfuerzo de sus alumnos y hasta llegue a burlarse de ellos, no se puede considerar un verdadero maestro.
Pueden llegar a ser peligrosos esos maestros que tratan a gritos y con términos despectivos a sus alumnos, o los que solamente utilizan a los alumnos como costales con el pretexto de "enseñarles a pelear", la práctica de pelea contra un alumno siempre debe hacerse dándole todas las ventajas posibles de acuerdo a su grado, yo por mi lado solo hago práctica de pelea en serio con mis alumnos hasta que son cintas negras y que me aseguro que de verdad han aprendido.
Especial cuidado se debe de tener con esas escuelas en las cuales el maestro entrega grados como si fueran caramelos solamente para llevar a competir un gran contingente. Esta práctica en particular es altamente peligrosa, ya que si yo en menos de 1 año le otorgo un cinturón negro a un alumno, y lo llevo a competir, lo mas probable es que se encuentre con cinturones negros que llevan hasta 4 o 5 años de entrenamiento, que tienen más fuerza, habilidad y conocimiento que él, lo cual no ocupo decir que se trata de una ventaja sobre mi pobre alumno que puede resultar en una lesión, no nada mas física, sino emocional también. Además, en el caso del karate, si por esta razón le enseño un kata avanzado, por ejemplo kanku dai, a alguién que ni siquiera ha comprendido una taikyoku, entonces, no comprenderá para nada el kata, y para esta persona siempre serán una serie de movimientos sin sentido que se hacen únicamente para ganar un metal.
Aparte de estas consideraciones que se deben de tomar, siempre nos debemos de asegurar, como lo decía al principio, que la escuela a la que estemos entrando pertenezca a una asociación donde impere la seriedad y la marcialidad, que las personas con las cuales nos entrenamos tengan por lo menos el conocimiento y la profesionalidad para llevar a cabo el trabajo de enseñarnos, que a final de cuentas, en la mayoría de los casos, les estamos pagando por sus conocimientos, y como tal, tenemos el derecho a exigir un buen maestro y practicar un arte serio.
Dejo de lado la cuestión acerca de las escuelas deportivas y los dojos tradicionales, porque a final de cuentas, ninguno es mejor que el otro, todo depende de lo que se quiera conseguir, ya sea un puñado de trofeos y medallas, o un conocimiento apto para defenderse; si no se me olvida, más adelante profundizaré en lo que, a mi putno de vista, son las diferencias entre el arte marcial y el deporte de contacto.
Saludos y espero que estas reflexiones les sean útiles.